La Luz del Mundo, el delito como religión

Acusado de abusos sexuales y violación a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, el líder máximo de la iglesia La Luz del Mundo, Samuel Joaquín Flores, fue exhibido en los medios mexicanos que sacaron a la luz su aparente complicidad con funcionarios gubernamentales, quienes frenaron varias demandas en su contra.
No obstante la gran cantidad de anomalías dadas a conocer hace ya varios meses, cometidas por integrantes de la iglesia La Luz del Mundo, así como las denuncias penales y administrativas contra su liderazgo, funcionarios de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (Segob) obstaculizan las investigaciones.

Debido a esto, organismos no gubernamentales han integrado expedientes que se han hecho llegar a las autoridades de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y Amnistía Internacional mediante su representante para América Latina, Morris Tidball.

Los expedientes se integran con denuncias contra el dirigente máximo de La Luz del Mundo, Samuel Joaquín Flores, y una cúpula de incondicionales que lo protegen, así como pruebas de la negligencia en que han incurrido autoridades estatales y federales, además de material recabado de diferentes diarios de Guadalajara y la ciudad de México.

 

A la luz, hechos sombríos

El director del Departamento de Investigaciones sobre Abusos Religiosos, de la asociación civil Desarrollo Integral del Individuo, Hugo Elizalde, confirma que existen denuncias de víctimas (ex miembros de la agrupación) que inculpan a Samuel Joaquín Flores y a otros líderes de La Luz del Mundo como responsables de abuso sexual, al tiempo que se han interpuesto otras diez denuncias administrativas ante Asuntos Religiosos de la Segob por diferentes violaciones a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público. Entre los ilícitos denunciados se encuentran la promoción de conductas contrarias a la salud e integridad física de los prosélitos del grupo, la asociación con fines políticos y la realización de proselitismo partidista, además del uso de violencia física y presión moral, mediante agresiones y amenazas para conseguir sus objetivos.

Existe también una denuncia de hechos en contra de Rogelio Zamora Barradas, presunto ministro de culto de La Luz del Mundo, quien ha ocupado cargos de elección popular, a pesar de que la ley se lo prohíbe.

Hugo Elizalde afirma que quienes han obstaculizado las investigaciones para castigar a los culpables son el titular de la Dirección General de Asuntos Religiosos, Jaime Almazán Delgado, y el director de Normatividad y Consulta de esa dependencia, Luis E. Estrada Luévano. Ambos han llegado a manifestar la no competencia de sus áreas para investigar y sancionar las infracciones en que han incurrido Samuel Joaquín y el liderazgo de La Luz del Mundo, aun cuando desde el 7 de julio de 1997 la Comisión Nacional de los derechos Humanos ya había declarado la competencia de esa instancia oficial.

Tanto la demanda contra el ex diputado Zamora Barradas, como una de las diez presentadas ante Asuntos Religiosos de Segob, fueron presentadas por Desarrollo Integral del Individuo AC y su Departamento de Investigaciones sobre Abusos Religiosos.

 

Mundo inmundo

Maestra en comunicación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente y autora del libro Los hijos de la luz: Discurso, identidad y poder en La Luz del Mundo, Reneé de la Torre afirma que los fieles de esta iglesia constituyen una clientela apolítica para el partido en el poder, de modo que la fundación y el progreso de la hermosa Provincia —colonia donde se encuentra la sede de La Luz del Mundo, formada únicamente por fieles al culto— se dio por un pacto explícito entre gobierno y aaronitas, como se llama a la feligresía en honor del fundador de la iglesia, Aarón Joaquín.

Así, dice De la Torre, «para responder a los favores otorgados por el gobierno, los aaronitas colaboran constantemente de manera voluntaria en las obras de urbanización y en las manifestaciones políticas del PRI».

Y añade: «Los aaronitas acostumbran votar por el PRI, pues de no hacerlo se iría en contra de los deseos del siervo (Samuel), quien ha mantenido la tradición que su padre le heredó».

Es en ese contexto donde se inserta el caso de Rogelio Zamora Barradas —ex diputado federal de la LVI Legislatura, por el tercer Distrito del DF.

Jorge Erdely Graham, director del Centro de Investigaciones del Instituto Cristano de México, dedicado desde hace varios años al estudio de las sectas destructivas en nuestro país, explica que la federación Nacional de Colonos en Provincia, afiliada al PRI y a la CNOP, constituye el brazo político de La Luz del Mundo, mismo que fue utilizado como trampolín o plataforma política por Zamora Barradas «para llegar a un espacio de poder y favorecer a la agrupación».

En este caso particular, según un documento notariado para demostrar su autenticidad como expedido por el grupo religioso y proporcionado a Mira por Erdely, se corrobora que por lo menos hasta 1990, Zamora Barradas fungió como ministro de culto, oficiando incluso en el templo sede de la colonia Hermosa Provincia de Guadalajara, violando la prohibición que establece la Constitución respecto de ministros que aspiren a cargos de elección popular.

 

Una vieja historia

Las denuncias contra los líderes de La Luz del Mundo no son nuevas. En El Occidental, del 26 de diciembre de 1942, puede leerse la acusación hecha contra el fundador de la iglesia, el hermano Aarón, por haber ultrajado a una joven llamada Guadalupe Avelar, misma que recibió intimidación y amenazas del jerarca, como las que hoy acusan haber recibido las víctimas de su hijo.

Autor del libro Pastores que abusan, Jorge Erdely afirma que esta situación ocurre en el contexto de rituales religiosos privados con el máximo líder de la agrupación, Samuel Joaquín, de modo que «cualquier persona que ingresa a la agrupación conocida como La Luz del Mundo, corre el riesgo de que esto le pueda ocurrir».

En este caso, una de las víctimas, Fernando Flores González, quien fungió como secretario general de la Federación Nacional de Colonos en Provincia y ex miembro de La Luz del Mundo, menciona en su denuncia al Ministerio Público que Samuel Joaquín proclamaba ser «un ángel que no tiene sexo y que por lo tanto puede disfrutar ya sea de mujeres o de hombres».

Sin embargo, la gravedad de la situación radica, según Jorge Erdely, en la potencialidad suicida del grupo ante la ascendencia y poder de persuasión de Samuel Joaquín: «Existe suficiente evidencia objetiva para afirmar que tanto Aarón Joaquín como Samuel Joaquín son considerados tácitamente por sus correligionarios como figuras con carácter divino. El líder de La Luz del Mundo es un Dios, un Mesías; se le atribuye potestad para salvar, para perdonar pecados, para santificar y dar vida eterna, además de atributos de omnipresencia; el líder mesiánico, en este caso Samuel, puede redefinir los conceptos del bien y del mal».

Destaca también que en 1992, Gobernación inició una investigación secreta a esta agrupación, con motivo de las palabras que expresara el máximo líder durante la conmemoración más importante de la iglesia, respecto a que Dios le estaba pidiendo la iglesia.

Para Erdely. ésta es la muestra de que incluso en las esferas oficiales se temía un suicidio colectivo: «Sin embargo, se le extiende un registro (el séptimo) como asociación religiosa, tras definirse personalidad jurídica a las iglesias. Eso es grave, porque la secta se legitima constantemente, diciendo que está aprobada por Gobernación y la gente percibe el registro como una especie de aval moral del gobierno».

 

Agravios y autosacrificios

A la par de su líder Samuel Joaquín Flores, La Luz del Mundo ha mantenido silencio respecto de las acusaciones contra su jerarca y la cúpula de la organización. Como muestra de inconformidad, la agrupación sólo ha publicado alrededor de media docena de desplegados en algunos periódicos de circulación nacional, rechazando las imputaciones de que son objeto, intercaladas con algunas tímidas apariciones de su representante legal, Daniel Núñez, que desmiente toda aseveración, en descargo de Samuel Joaquín.

Apenas el martes 28 de octubre, Samuel pagó un desplegado de una plana en La Jornada, donde condena los abusos sexuales y afirma que «los actos bochornosos que irresponsablemente se me atribuyen son inaceptables e indignantes, derivados de mentes sucias y perversas que recurren al protagonismo… atreviéndose a describir los detalles para que las calumnias impacten».

Sin embargo, la actitud de casi silencio cambia radicalmente al interior de La Luz del Mundo, donde se califica a los medios que siguen de cerca el caso como «arma del Santo Oficio en el siglo XX». Según la revista Concepto, perteneciente a esta organización, la cobertura noticiosa en torno al caso de los presuntos abusos sexuales cometidos por el líder Samuel Joaquín, responde, entre otras cosas, a una «persecución satánica al pueblo de Dios», predicha en los textos bíblicos e instrumentada por el Vaticano.

Con serios errores de ortografía y sintaxis, lo que hace incomprensibles muchas ideas, dos textos refieren una supuesta persecución.

En el primero —en la página 2— se cuestiona: “¿Cómo es posible que los mismos mexicanos que debieran estar orgullosos de haber visto nacer a uno de sus hijos prócer y ungido de Dios —en referencia a Samuel Joaquín—, usen los medios de comunicación para calumniarlo? México pagará muy duro su pecado”.

Asimismo, en la página 8 se lee: “Debemos estar preparados incluso para morir, no sabemos hasta dónde el fanatismo de los grupos satánicos nos pueda perseguir”.

Según Erdely, la comunidad de La Luz del Mundo pudiera estar en potencial peligro, ya que de acuerdo con un estudio de campo realizado entre integrantes de esta organización, en 1995, un número importante de personas habría manifestado estar dispuesto al suicidio de pedirlo Samuel Joaquín.

 

¿Dios está con vosotros?

La Luz del Mundo ha hecho todo lo posible por desvincularse de otros grupos religiosos y se asume como una comunidad de excepción.
En sus desplegados ha asegurado que las acusaciones en contra de sus líderes constituyen hechos de intolerancia religiosa contra grupos minoritarios; para ello se ha apoyado en grupos de iglesias evangélicas y otras iglesias cristianas protestantes.
En su informe de gobierno de 1991, Carlos Salinas de Gortari externó la necesidad de definir una nueva situación jurídica de las iglesias, en la cual todas las asociaciones junto con sus ministros de contaran con un registro expedido por Gobernación. Sin embargo, La Luz del Mundo rechazó vincularse al Foro Nacional de Iglesias Cristianas y Evangélicas, sino que realizó sus propios foros.
De hecho, la revista Concepto considera a La Luz del Mundo como un grupo aparte y asegura que “sin ser católica ni protestante, solamente la Iglesia que Cristo funda, se le persigue, se le calumnia por querer restituir el cristianismo”.

Precedente negativo

Jorge Erdely asegura que, de acuerdo con criterios de diversos sociólogos y psicólogos clínicos, La Luz del Mundo califica plenamente como una secta destructiva en el ámbito de su círculo interno: “La definición sociológica y la que utilizan los psicólogos clínicos más respetados a nivel internacional, habla de una secta no desde el punto de vista de sus creencias en particular, sino más bien toma como punto de referencia la conducta en sí, el comportamiento que se tiene y el daño social o el daño médico que se le puede causar a una persona al involucrarse en una organización de este tipo”.
Las acusaciones contra el liderazgo de La Luz del Mundo, según los testimonios presentados, aparecen como graves. El 8 de septiembre pasado, la Dirección General de Asuntos Religiosos se declaró competente para dar cauce a las demandas de las víctimas e iniciar una investigación contra la organización. El caso se encuentra ahora en manos del subsecretario de Asuntos Jurídicos y Asociaciones Religiosas, Rafael Rodríguez Barrera, en tanto que el director de Normatividad de la dependencia enfrenta una demanda por abuso de autoridad y difamación contra Desarrollo Integral del Individuo AC.
»Lo que está en juego —dice Erdely— es muy delicado, porque si no existe una acción de la justicia, se va a sentar un precedente pésimo para todas aquellas agrupaciones y líderes religiosos de otras organizaciones que violan la ley impunemente. Apelamos a la frase con la cual inició el presidente Zedillo su gestión: ‘Nadie por encima de la ley'».

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