Raymundo Riva Palacio, su salida de El Universal

Apenas el pasado 2 de noviembre, Raymundo Riva Palacio entró al estudio de televisión instalado en el tercer piso de Bucareli 8 para grabar su comentario semanal en el que se refería a la penetración del crimen organizado en la estructura de las instituciones del Estado —incluido el Ejército— y advertía que ésta habría alcanzado la entraña misma de los propios medios de comunicación.
De improviso, el martes 4, por la tarde, durante la junta de editores del diario, el periodista anunció que dejaba definitivamente la dirección editorial de El Universal. Ahí mismo surgió el nombre del relevo: Jorge Zepeda Patterson, director de la revista Día Siete y subdirector editorial del rotativo entre 1999 y 2001.
Las versiones de la salida apuntan al menos en dos direcciones.
La primera está vinculada con la publicación, el 26 de agosto pasado, a ocho columnas, de datos del expediente del secuestro de Silvia Vargas Escalera —hija del ex director de la Conade, Nelson Vargas— y el monto supuestamente negociado con los delincuentes. Desmentido duramente por la propia familia Vargas, dos días después los directivos del diario convinieron en publicar una disculpa que habría de ocupar un sitio en portada; sin embargo —a decir de David Aponte, subdirector de Información—, Riva Palacio decidió que ésta encabezaría el editorial; se disculparían, explicó, pero lo harían de una manera no vergonzante.
Silvia Escalera, madre de la joven, no sólo criticó con dureza la publicación de datos inexactos sobre el plagio de su hija, sino que también habría interpuesto una demanda contra el diario, del que asegura puso en riesgo la vida de la muchacha y la de toda su familia. Paradójicamente, una semana antes del incidente, Juan Francisco Ealy había aparecido como uno de los firmantes del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, en el que El Universal (entre otros medios) se comprometía a evitar la difusión de información que pusiera en riesgo la seguridad de personas víctimas del delito y de sus familias.
Una segunda versión asegura que el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora pidió la cabeza del director tras la publicación del expediente de la Operación limpieza, que exhibió cómo funcionarios y jefes de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) trabajaban para la organización de los hermanos Beltrán Leyva. La piedra no cae del todo lejos, pues Juan Francisco Ealy Ortiz, cabeza absoluta de la empresa, había sido, casualmente, presidente del Consejo de Participación Ciudadana, de la PGR durante la administración de Rafael Macedo de la Concha.
Lo cierto es que había malestar entre los directivos por los desmentidos y las cartas aclaratorias que llegaban constantemente al diario.
Se pactó una salida tersa. Riva Palacio permanecería como un activo del diario y recomenzaría la publicación de su columna “Estrictamente Personal” en las páginas de El Universal y Jorge Zepeda Patterson llegaría el 20 de noviembre —el mismo día del aniversario de Reforma— con un equipo completado por Alejandro Páez Varela como subdirector Editorial; Ricardo Raphael, como subdirector de Opinión, y Marco Lara Klahr, en la Coordinación de Investigaciones Especiales (dos periodistas más habrían declinado la invitación: Salvador Camarena, hasta hace poco director de El Centro, y Rossana Fuentes Berain). Sin embargo, sólo lo segundo se cumplió, Riva Palacio no estuvo en la redacción la tarde en que Ealy Ortiz e hijo entregaron la dirección a Jorge Zepeda, como si lo hizo Roberto Rock un año antes cuando el Consejo de Administración decidió removerlo. Ha trascendido que la columna de Raymundo aparecerá pronto, pero en otro diario.
Por lo pronto, Zepeda Patterson ha cerrado su ciclo como columnista. “El trabajo de analista político, por más honesto y objetivo que intente hacerse, necesariamente refleja tendencias y matices personales”, dice en su última colaboración del pasado 22 de noviembre; reconoce que sin dejar de lado su preferencia o su rechazo por determinados proyectos políticos, las herramientas como director editorial deben ser otras: “la conducción de una planta editorial implica el respeto al conjunto de los periodistas y colaboradores que lo conforman. Pero, sobre todo, el respeto a las y los lectores y la opinión pública que espera de un diario información confiable y sólida, recabada y editada bajo códigos profesionales, y ajena a las fobias y filias de sus directivos”.
Se cierra un ciclo e inicia otro.

3 comentarios en “Raymundo Riva Palacio, su salida de El Universal

  1. Considero como una gran pèrdida para los lectores asiduos a la sección de opinión del Universal, el hecho de que ya no podamos leer màs a Raymundo; es una lástima que la política del rotativo considere más importante las relaciones con el poder pùblico que con el poder que da el ser depositario de la opinión ciudadanía

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